sábado, 26 de julio de 2025

Viajes. México 9. Cancún




Relatos breves de un itinerario que abarcó parte del Distrito Federal y ciudades y pueblos de la península de Yucatán entre Cancún y Campeche. Una aproximación a un país exuberante en su historia, su cultura, su geografía y su pueblo (Publicado originalmente en www.vaconfirma.com.ar).

Gerardo Burton

geburt@gmail.com

El dato principal es el mar turquesa. A su alrededor bullen las gentes en negocios (restoranes, bares, tiendas, puestos callejeros, transportes) en un rumor casi musical si no fuera tan estentóreo.

El segundo dato también es el color: una paleta expresionista, viva, caliente, brillante.

El tercero, es la comida: su aroma, el sonido de las sartenes y las ollas entrechocándose, el lento y hondo cambio del gusto y su adaptación a esos sabores siempre nuevos, siempre distintos. Frutas y verduras, peces y crustáceos son la selva y el mar en la mesa. El dulzón regusto del limón y el tequila, la cerveza amarga que raspa la vida.


Pasar inadvertido. Mirar desde un segundo plano. No ser visto ni oído, ésa es la consigna. A eso ayuda el sol, feroz en la tarde de primavera (¿primavera?) del Caribe mexicano. Dicen que esta tarde en Isla Mujeres el mar está algo agitado porque hay viento. Sin embargo, parece una masa sólida de azul turquesa, festoneada por la espuma de pequeñas ondas cerca de la orilla. Hay que nadar en el agua a una temperatura que no existe en el sur de donde vengo. El sol potencia todo: colores, cantos, gestos, movimientos. La luz relumbra húmeda en la piel de las mujeres.


El problema es a la salida, con la luz de frente, los ojos convertidos (supongo) en dos líneas estrechas por donde los rayos solares se cuelan hasta convertir la retina en una tela que refleja sólo el amarillo. Sombras amarillas donde los colores se funden se mueven delante, lentas, con un sonido lejano como en sordina. Ni las manos como visera pueden ayudar, y la luz ahora hiere córneas y retina. Es un puñal de filo duro que hiende cualquier resistencia. El humor dentro del ojo ya no filtra nada y nada amortigua: la luz, sólida en su hondura amarilla, vence cualquier resistencia. La ceguera está ahí nomás.


el agua tiene un secreto

que pocos conocen, el agua

mide

la resistencia de la roca, la turbulencia

del aire

y aguarda


el agua triunfa sobre el viento duro

no deja

rincón libre, busca, terca

salidas y honduras


también celebra

con la espuma, su victoria



No hay comentarios: