domingo, 24 de junio de 2007

Raúl Artola en Arquitrave

El poeta rionegrino radicado en Viedma, Raúl Artola (1947), aparece entre los escritores que publica, en el número de junio, la revista colombiana de literatura Arquitrave. Artola publicó, entre otros libros, "Aguas de socorro" (1993) y "Croquis de un tatami" (2005). Dirige la revista de arte y cultura patagónica El Camarote y la editorial homónima.
Su labor en la difusión de la literatura producida en la región es sostenida e importante. Fue uno de los animadores más entusiastas del Fondo Editorial Rionegrino, creado a comienzos de la década de 1980, tras la restauración democrática en la Argentina.

Recuerdan a universitarios desaparecidos en Neuquén

El miércoles 27 de junio a las 18, en el aula magna de la Universidad del Comahue, con el lema “Todavía cantamos”, se homenajeará y recordará a estudiantes, trabajadores y docentes de esa casa de estudios que desaparecieron en 1976.
Es una nueva edición de un encuentro que se realiza desde 2000 en conmemoración de la acción represiva durante la cual fueron secuestrados integrantes de la carrera de servicio social. Entre ellos figuran Mirta Tronelli, Susana Mujica, Cecilia Vecchi, Arlene Seguel y la alumna de letras, Alicia Pifarré.
El encuentro consistirá en la lectura de textos –poemas, relatos, cuentos-, y en la interpretación de canciones “hilvanadas con un hilo narrativo que articule la presentación de los hechos ocurridos”, dijo Nora Rivera, una de las organizadoras junto con Gladis Sepúlveda y Elida Sifuentes.
Las tres formaron parte del grupo que fue secuestrado en junio de ese año y trasladado al centro clandestino de detención La Escuelita, en Bahía Blanca, previo paso por la U9 de esta capital. Tras varios años y ya instaladas en la región de nuevo, hace cinco años comenzaron a organizar los “encuentros por la memoria”, con diversas actividades en cada ocasión.
El operativo represivo se concentró en la segunda semana de junio de 1976, cuando desaparecieron Mirta Tronelli, Susana Mugica, Cecilia Vecchi y Arlene Seguel, todas de la carrera de servicio social. Esa misma semana fue secuestrada la estudiante de letras Alicia Pifarré.
La jornada por la memoria se realizará el miércoles 27 en el aula magna de la Universidad del Comahue. Cuenta con el apoyo del centro de estudiantes de Servicio Social y otras agrupaciones.

jueves, 21 de junio de 2007

Treinta guitarras para el folklore y el tango


Apareció el disco del Guitarrazo, una orquesta constituida exclusivamente por guitarristas que interpretan música argentina: tango y folclore. Nacieron hace cinco años por iniciativa de Juan Falú y Roberto Calvo, que dirige la agrupación formada por músicos que vienen de conservatorios, escuelas de música, y "muchos que son autodidactas".


Gerardo Burton

geburt@gmail.com

NEUQUEN.- En una tarde gris y fría de junio, en la sala de ensayos de la Casa del Tango del barrio porteño de Almagro, un círculo de guitarristas arranca con "Luna tucumana". Apenas finalizan la interpretación, el director del grupo, Roberto Calvo, anuncia que ya apareció el disco con 15 temas interpretados por el ensamble, un logro que lleva ya dos años de preparación y gestión.

Aplausos y felicitaciones recíprocas interrumpen por un momento el ensayo del Guitarrazo, una orquesta que pone en escena a treinta guitarristas cuyas edades oscilan entre la adolescencia y los 45 años y que interpretan música argentina, tango y folclore. El disco se presentará el viernes próximo en el auditorio de Radio Nacional -en una emisión para todo el país- y el viernes siguiente -29 de junio- en la Casa del Tango, en el mismo lugar donde ensayan hace varios años (ver aparte).

El disco, que comenzó a prepararse en el 2005, tenía "una primera fecha de edición" para septiembre pasado, pero se produjeron retrasos de orden financiero.

Hubo dos sesiones de grabación en estudio, con un paréntesis de un mes entre una y otra. "Conseguimos el dinero", dijo Calvo, "y contratamos el estudio, pero después se paralizó todo".

En marzo de este año, la discográfica EPSA decidió colaborar con el proyecto y se hizo cargo de parte de la producción y la distribución del álbum.

Así las cosas, debieron acelerar los plazos de diseño de tapa y como resultado están las dos mil copias realizadas, de las cuales una parte les queda para vender en forma directa y recuperar la inversión realizada. Con lo que se obtenga "trataremos de mejorar el nivel de instrumentos de la orquesta e incorporar, en lo posible, guitarrones y requintos", indicó Calvo.

El disco representa "el testimonio de estos cinco años de trabajo; es el reflejo de una idea y la materialización de un proyecto que nos incluye a todos nosotros. Asegura la perdurabilidad del ensamble", concluyó.

Calvo está acompañado por Román Giúdice y Eduardo Tacconi en la coordinación de ensayos y arreglos de los temas que interpreta el Guitarrazo.

El disco tiene quince temas, la mayoría pertenecientes al repertorio tradicional argentino y al tango, salvo dos que pertenecen a Giúdice -"El seguidor"- y a Calvo -"Lucía"-. Entre los principales figuran "La olvidada", una chacarera de Atahualpa Yupanqui con arreglos de Calvo; "Libertango" de Astor Piazzolla, con transcripción para guitarras a cargo también de Calvo; "La yumba", tango de Osvaldo Pugliese, transcripción de Tacconi; "La bolivianita", cueca norteña popular, también con arreglos de Calvo; "Pan del agua", rasguido doble de Ramón Ayala, con arreglos de Tacconi; "El seguidor", un gato compuesto y arreglado por Giúdice; "Campo afuera", una milonga de Homero Manzi con arreglos de Hernán Ruiz; una bella versión de "La calandria", de Isaco Abitbol y otra de "Luna tucumana", de Yupanqui. El diseño gráfico estuvo a cargo de Hugo Vietto; Mario Rentero hizo la foto de tapa y Paz Rocco las de interior y la producción general fue responsabilidad de Calvo y Giúdice.

La orquesta está compuesta por aproximadamente más de treinta guitarristas -ocho por cuerda: base, bajo, primera y segunda guitarras-, de todas las edades -el menor tiene 10 años y el mayor alrededor de 60- y de diversas procedencias. Algunos provienen de conservatorios, otros son autodidactas y cultivan estilos totalmente disímiles: rock, tango, clásico, folclore. Muchos aprendieron a leer música dentro del Guitarrazo, explicó Calvo.


CINCO AÑOS DE TRABAJO




NEUQUEN.- En el 2002, Juan Falú convocó a varios guitarristas para tocar el Pericón Nacional en ocasión de celebrar el 25 de Mayo. La idea original era interpretarlo en la Plaza de Mayo, con un ballet folclórico. Respondieron 65 guitarristas.

Durante los ensayos, y a medida que se acercaba la fecha, el escenario fue cambiando: se desechó la Plaza de Mayo y entonces se optó por la feria de Mataderos. También se descartó y entonces se decidió que el pericón se tocaría en el estudio principal de Canal 7. En este último sitio se reunieron guitarristas y parejas de baile; "el piso estaba pintado con la bandera nacional", recordó Roberto Calvo, "y todo estaba listo. Pero la emisión no se hizo, porque las autoridades del canal dijeron que el ensamble no tenía nivel televisivo".

En lugar de disolverse tras el fallido, la iniciativa continuó. Tras un período que se llamó Conjunto Argentino de Guitarras, Falú impuso el nombre de "Guitarrazo" que también era el título de un disco de Luis Salinas y Tomatito. Codirigió la primera etapa con Calvo.

Al comienzo, ensayaban en el auditorio del Centro Cultural de España en la calle Florida, gracias a un acuerdo con su entonces director, Pedro Vives. Luego pasaron a la Casa de la Música, dependiente de la secretaría de Cultura de la Nación hasta que finalmente recalaron en la Casa del Tango, en la calle Guardia Vieja del barrio de Almagro.


Publicado en el diario “Río Negro”, el 20 jun 07.

viernes, 8 de junio de 2007

Una cultura cimarrona

Gerardo Burton
geburt@gmail.com

Puestos a buscar en la historia argentina modelos de intelectuales que expresen la vida cultural de Neuquén, es posible recurrir, sin temor a equivocarse, por lo menos a tres: Sarmiento, Arlt y Walsh. Por una cuestión de sexo, de género –literario- y por su efectivo influjo en éstas que alguna vez fueron playas, habría que añadir a Pizarnik. Los cuatro coinciden en pertenecer a las orillas en sus respectivos tiempo y espacio. Cada uno construyó, a su manera, la periferia. Y en eso son modelo para los residentes –nacidos o no- en Neuquén.
Sarmiento, Arlt y Walsh fueron hacedores: desde la construcción de la Nación, desde el descubrimiento de la angustia del hombre actual y desde la revolución y sus urgencias respectivamente. Pero en los tres existió la voluntad de crear un mundo desde las cenizas del anterior. Con Pizarnik irrumpe la mirada consciente sobre la palabra, sobre el objeto artístico y sobre el lugar incómodo que ocupa, en su caso la poesía, como cualquier arte.
La incomodidad es el andarivel que permite la expresión cultural en una provincia signada por la explotación petrolera y su riqueza traducidas en una ficción de bonanza de estilo texano.

La ascendencia intelectual invocada sirve para proyectar una mirada sobre Neuquén, una ciudad nunca fundada que, de caserío en torno de una estación ferroviaria, se convirtió por decreto en capital.
Aquí existe una sociedad plural que no respeta las aristocracias de cuna, de fortuna ni de historia, ni las tolera. Es una sociedad plebeya como no pueden serlo las comunidades del Norte argentino, irrespetuosa con las ciudades cosmopolitas consolidadas en el siglo XIX y cimarrona como ninguna otra sociedad sudamericana.
En ellas el protagonismo cultural se debe a factores externos: la función que se desempeña en la sociedad por familia o por patrimonio, o la relación con los sectores del poder oficial –medios de comunicación, instituciones académicas, sociedades de artistas, biografías y familias fundacionales-.
Neuquén carece de un cuerpo de requisitos, no hay un canon consagratorio y eso devuelve a la voluntad la posibilidad de generar y definir qué es el talento, de instalarlo y de mantenerlo. Así los fragmentos son casi individualidades y los resultados dependen más que de la respuesta del público, de los lectores o de las audiencias, del trabajo y del rumbo que cada uno se trace.
Eso atenta contra la formación de grupos o movimientos perdurables, salvo en el caso de algunos elencos de teatro históricos -la compañía Lope de Vega y el grupo Río Vivo en Neuquén capital y el grupo Hueney en Zapala-. En poesía, pueden citarse la editorial Limón y el grupo Celebriedades.
El resto responde a la voluntad de reunirse con un fin determinado, en acciones prácticamente modulares que nunca constituyen un programa.

Entonces, los fragmentos. Todo comienza con los primeros pobladores, esos habitantes arquetípicos invocados en cada acto protocolar y creados por la hagiografía oficial, que constituyen la base criolla y paisana de la provincia y generan, en literatura, una obra dispersa en narrativa, poesía, canciones y artes plásticas vinculada estrechamente con la estética regionalista.
Las comunidades mapuches produjeron un proceso inverso y antagónico a la globalización durante la década de 1990. Mientras todo se universalizaba y la provincia adhería sin reservas a un menemismo que aún cultiva, ellos afirmaban y consolidaban su identidad particular mediante la reivindicación de sus derechos sin arredrarse por el contrincante que se les enfrentara en cada conflicto. Así surgió un nuevo espacio de discusión cultural.
Desde la década de 1960, con los proyectos de las grandes obras hidroeléctricas llegaron sucesivas oleadas migratorias de argentinos de otras latitudes en una especie de exilio cultural, social, laboral o político. Los equipajes fueron diversos en cada caso, y se expresan en las diversas hablas de la recién nacida cosmópolis.
Mapuches y criollos recibieron también un doble influjo desde el lado occidental de la Cordillera de los Andes: en fuga de las dictaduras y del desempleo, la provincia absorbió su mano de obra y sus costumbres y deseos.
Desde hace unos años, cinco quizás aunque puede ser más, se afianza un sector muy movilizado nacido al calor de las luchas en defensa de los derechos humanos que en Neuquén se dieron en forma ininterrumpida desde mediados de la década de 1970. Se trata de las mujeres, que constituyeron grupos, asociaciones y entidades de afirmación, discusión, desarrollo y difusión de teorías, arte y cultura femeninos. Lo curioso es que, como los mapuches, las mujeres establecieron una tendencia de pensamiento y son una presencia en la vida social y cultural de la provincia.

Cierto, son minorías cuya suma no expresa el total. Tampoco son contenidas por los organismos oficiales de cultura, excepto de modo parcial y donde el concepto de espectáculo se inmiscuye de manera peligrosa

En 1990, cuando Irma Cuña decidió retornar a Neuquén, inventó un término para amputar su obra del anaquel de lo “regional” donde el centro y las academias colocan la producción cultural de las provincias. Lo suyo, dijo entonces, era “literatura querencial”, porque habla de la querencia, de ese lugar al que uno pertenece no sólo por nacimiento sino también por elección y por construcción de relaciones, historias, raíces y ramas.
Fue ella la primera que se despegó de la estética al modo tradicional que caracteriza a los artistas, grupos y tendencias de Tucumán, Salta, Mendoza, Córdoba, Santiago del Estero y otras provincias. Inclusive en su obra la poesía se despojó de lo escrito en la Patagonia hasta la década de 1970: avanzó en el sesgo cosmopolita –por universal-, le quitó el equipaje telúrico que la adensaba sin remedio y le otorgó un nivel equiparable por su calidad y originalidad con el de cualquier otra región del país.

La literatura había salido de la dictadura con un grupo nucleado en torno de la revista Coirón, nombre de un arbusto autóctono batido por el viento. Su antecedente inmediato fue el Centro de Escritores Patagónicos y derivó luego en Poesía en Trámite, acaso la primera expresión de cosmopolitismo en la provincia. Algunos nombres: Raúl Mansilla, Macky Corbalán, Aldo Novelli, Mariela Lupi, Héctor Ordóñez, Eduardo Palma Moreno, Ricardo Fonseca, Oscar Cares, Ricardo Costa. Con escasos recursos se organizaron lecturas, presentaciones de libros, recitales y un encuentro binacional que demuestra cómo en esta ciudad y en esta provincia los hacedores culturales –o al menos los poetas- miran más a Chile y al sur patagónico que a, por ejemplo, al resto del Alto Valle, aunque en muchos casos se busque la aceptación de los círculos porteños, cordobeses o de las metrópolis de otros países americanos –por caso México-. En 2001 fue fugaz la gestión de la sede local de la Casa de la Poesía, que nació con la renuncia de López Murphy al ministerio de Economía.
En Neuquén también se reproduce el centralismo nacional: faltan los poetas y escritores del interior: Ricardo Ortiz, Carlos Blasco entre otros.

Y vale para la poesía lo mismo que para las otras artes: la práctica domina, el hacer marca los rumbos, la intuición se ejercita en la senda, no en el gabinete. En un mismo escenario coexisten la única delegación del Museo de Bellas Artes en provincias, este verano con grabados de Picasso, con los conciertos de rock en la fábrica Zanon gestionada desde hace tres años por sus obreros. En ese mismo tablado figuran artistas plásticos, dramaturgos, actores, directores de coros y de orquesta, músicos populares con los poetas herméticos, los neobarrocos y los concretos.
Esa contemporaneidad de estéticas no implica mixtura. El único dato común es la falta de respeto por las aristocracias y por el talento adjudicado por la cultura oficial. Las élites no despiertan ni imponen unción; las academias los tienen sin cuidado; si la universidad no los cobija, no sirve. Los neuquinos se niegan a aceptar jerarquías, son cerriles y bizarros. Los organismos oficiales de cultura hacen su tarea, pero es raro que puedan imponer el quehacer cultural. Ni la cultura como espectáculo ni la cultura en la torre de marfil.
Nadie se olvida que Neuquén es la provincia donde se escuchó por primera vez, en 1995, la palabra piquetero. Es la orilla de un país que está en la periferia. Es el mundo de los bizarros que se imponen por su voluntad, por su ruido, por su perseverancia y por su insolencia.

jueves, 7 de junio de 2007

El MNBA neuquino recuperó con obras la inversión del municipio



Las obras donadas por los artistas que expusieron en el museo neuquino, que están este mes en exhibición y “forman parte del patrimonio de la ciudad, superan el costo que tuvo el edificio”, aseguró su director y titular de Cultura, Oscar Smoljan. Sólo el “Berimbau”, de León Ferrari, ubicado en el vestíbulo de acceso “vale un millón de dólares”, añadió.

Gerardo Burton
geburt@gmail.com


NEUQUEN.- El Museo Nacional de Bellas Artes de esta ciudad ya recuperó, con las obras donadas por los artistas que expusieron en sus salas, la inversión que realizó el municipio en el edificio inaugurado en septiembre de 2004. En menos de tres años, el MNBA acumuló una veintena de trabajos de plásticos nacionales y extranjeros que ahora están en exposición hasta finales de junio y que “forman parte del patrimonio de la ciudad”, indicó Oscar Smoljan, director del museo y secretario de Cultura del municipio.
Añadió que su valor, en conjunto, “supera el costo que tuvo el edificio” diseñado por el arquitecto Mario Alvarez y puso como ejemplo el “Berimbau”, de León Ferrari, que está emplazado en el vestíbulo de acceso.
Esa obra, realizada con hierro de construcción y de la cual hay tres en el mundo –una en Estados Unidos, otra en San Pablo, Brasil, y la tercera en esta capital- “se construyó con la idea de las cárceles y con referencia a los campanarios de Iglesia”, dijo Smoljan. La diferencia es que los barrotes “son flexibles y la gente puede liberarse a través de ellos y a la vez ejecutar una música”, añadió el funcionario. Actualmente, “vale un millón de dólares”.
Smoljan se refirió a la exposición habilitada hasta finales de mes: se trata de “obras donadas por artistas al MNBA desde que se inauguró su sede definitiva” en el sector este del Parque Central de la ciudad. Estas obras son de exclusiva propiedad del municipio, a diferencia de las correspondientes al patrimonio del museo, que se cedieron en préstamo a la sede neuquina cuando se inauguró y que forman parte de la colección permanente.
La muestra actualmente habilitada, dijo Smoljan, comienza con la obra de Luis Tomasello en el muro que enfrenta la puerta de ingreso al museo. Se trata de “una atmósfera cromoplástica y es el único mural en Argentina de su clase, comparable al que existe en el salón Azul del Parlamento de París. Es un ejemplo de arte cinético de Argentina”, explicó Smoljan.
La segunda es la obra de Raúl Lozza, un ejemplo de arte concreto “que el artista seleccionó sobre la base del color del muro, que nosotros le enviamos cuando se construía el edificio”. Son siete elementos seleccionados según la estructura que genera el color. El arte concreto “es lo que está ahí; todo está ahí y es parte de la arquitectura. Por eso, aun cuando se cambien los colores de las paredes, éste tiene que permanecer así porque es parte de la obra de Lozza”.
Desde el punto de vista patrimonial, “es mejor que estén estos artistas porque es la pintura de mayor valuación en la Argentina. Es un movimiento que crece y se origina en el Río de la Plata en forma simultánea y contemporánea con Europa, a diferencia del cubismo o el surrealismo, que llegaron al país con años o décadas de diferencia”.
En cuanto a la colección de Ferrari, además del “Berimbau”, hay 23 heliografías, un cilindro de acrílico con escritura de estilo “kitsch”; dos escritos de gran tamaño y dos grabados del famoso “Cuadro escrito” en el que Ferrari explica qué cuadro haría si supiera pintar. También está una de las versiones de la “Carta a un general” –de 1963 con reformulaciones de 2005- y un “Santa Teresa en el infierno”, de 2005.
Hay una obra de Pablo Siquier donada por la empresa Chandon, que “ya confirmó que desde Neuquén se convocará al premio en septiembre próximo”, anunció Smoljan. De la reciente exposición del español José Manuel Ciria hay una obra de gran tamaño –de la serie Gilgamesh-, denominada “Urshanabi el barquero”, que “es el primer cuadro de un artista extranjero que recibimos y que prestigia al museo. Eso ocurre por ser tan estrictos con el programa”, aseguró.
La muestra se completa con una obra de Diana Dowek –“Zona de catástrofe o poder vulnerable”-; fotografías de Alejandro Kuropatwa y Juan Doffo; una pintura de Alberto Cedrón y otra de Emilia Gutiérrez y dos del Grupo Escombros, entre otras.


UNA PRIMERA FASE EN EL GREGORIO ALVAREZ

NEUQUEN.- El edificio del Museo Nacional de Bellas Artes se inauguró en septiembre de 2004, luego de haber funcionado cuatro años antes en el Gregorio Alvarez, unas cuadras hacia el oeste. El nuevo complejo, que cuenta con una superficie cubierta de 2.100 metros cuadrados de los cuales 1.600 son salas de exposiciones, costó unos 3,6 millones de pesos según la información disponible en la página web del municipio.
El proyecto correspondió al estudio de Mario Roberto Alvarez que, entre otras obras, construyó el complejo del Teatro General San Martín, en la ciudad de Buenos Aires.
El MNBA neuquino además de las salas de exposiciones tiene un patio interior, un café-restorán, una librería, un auditorio y sector para oficinas.
Una de sus premisas es que el acceso del público sea gratuito y por tal razón tanto las exposiciones como los ciclos de cine, conferencias y videos que se realizan son sin costo alguno para el público


Publicada en el diario "Río Negro" el 7jun07

domingo, 3 de junio de 2007

Los escritores neuquinos, en sociedad



Vanessa Arroyo, Raúl Mansilla -presidente-, Juan S. Villarreal, Carlos Blasco y Pablo Betesh, de la SEA neuquina

NEUQUEN.- Este miércoles, los escritores neuquinos presentarán su sociedad. En efecto, a seis meses de constituida, la filial neuquina de la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina lanzará un concurso para recopilar textos que se incorporarán al plan de ediciones de la Campaña Nacional de la Lectura, informarán sobre el programa de actividades previsto para 2007 y proyectarán un video documental sobre el Plan de Recuperación de la Cultura Escrita, realizado en el verano pasado en Aluminé.
También se informará sobre uno de los principales proyectos de la SEA nacional, la pensión del escritor, que se gestiona para los autores que no hayan realizado aportes jubilatorios y estén en edad de acceder a ese beneficio. En principio, la iniciativa corresponde a los escritores radicados en Buenos Aires y el conurbano bonaerense, aunque cuenta con el respaldo de escritores de todo el país, y se materializará como proyecto de ley que impulsará el diputado nacional Elvio Vitali en la Cámara baja.
El certamen “Escribiendo en la Patagonia” es la primera etapa de un proceso que culminará con la selección de textos de narradores que se incorporarán al programa de ediciones de la Campaña Nacional de la Lectura previsto para este año. Parte del fondo ya editado fue distribuido por el equipo formado por Vanessa Arroyo, Carlos Blasco, Raúl Mansilla, Pablo Betesh y Juan Sebastián Villarreal en Aluminé durante la ejecución del Plan de Recuperación de la Cultura Escrita. En la oportunidad, entre talleres de lectura y escritura, recitales de poesía, encuentros en escuelas y sitios de campamento, los escritores repartieron entre la comunidad urbana y rural de la zona de Aluminé unos 15 mil volúmenes.
La SEA-Neuquén, está presidida por Mansilla, a quien secundan Tomás Watkins como secretario-; Cristian Carrasco como tesorero y otros escritores neuquinos. La entidad iniciará además una discusión para plantear públicamente los “requerimientos para funcionar adecuadamente”.
En lo concreto, los escritores se proponen iniciar una serie de consultas con autoridades provinciales y municipales para obtener una oficina, con una figura jurídica similar a la que en Buenos Aires, permitió a la SEA nacional acceder a salones del ex Ferrocarril Sarmiento, en la estación Once. La presentación en sociedad de los proyectos y el video será el miércoles seis a las 19 en el salón Azul de la Biblioteca Central de la Universidad del Comahue.
La SEA neuquina “nació con el propósito de funcionar como nexo entre las escritoras y escritores y las instituciones gubernamentales, universidades y demás sectores vinculados con la cultura del Alto Valle del Río Negro y Neuquén”, expresaron los integrantes de su conducción. Además, asesorará en lo referido al quehacer cultural de la región en especial en la búsqueda de un cambio de conciencia respecto de la actividad del escritor, generalmente considerada como “un pasatiempo y no una profesión”. Por tanto, la nueva organización “intenta ser punto de referencia para entidades culturales nacionales e internacionales”.

Seminario en lenguajes estéticos y expresivos

NEUQUEN.- Con cuatro módulos autónomos durante los cuales se abordarán propuestas de búsqueda expresiva, Marina Robledo y Verónica Martínez desarrollarán el taller “de cómo crear en tiempos de crisis” entre el jueves y sábado de esta semana. Las actividades del primer módulo, denominado “luz que mueve la sombra”, se realizarán en la Escuela de Títeres de Anaya y ruta 22.
Es la segunda edición del taller –el año pasado ambas talleristas hicieron una convocatoria similar- que se dirige a docentes, talleristas, artistas de distintas disciplinas y adultos en general. Aclararon que no se requiere experiencia previa en actividades de esta índole. Los cupos son de 20 a 30 personas como máximo y, aunque se exige el 75% de asistencia, la modalidad de taller privilegia la “experiencia vivencial”.
Los informes y la inscripción pueden realizarse a los teléfonos 0299 440 22507 y 154 666717 o a la dirección electrónica: lenguajes_expresivos@yahoo.com.ar.
Marina Robledo es artista plástica y docente en disciplinas artísticas, en tanto que Verónica Martínez es docente en expresión corporal.
Con el taller se constituirá un espacio de aprendizaje expresivo “que apunta a que el adulto pueda ampliar sus capacidades corporales y plásticas a partir del conocimiento de sí mismo”. Un eje es el de trabajar en “talleres itinerantes con recursos acotados y materiales de muy bajo presupuesto”.