lunes, 7 de julio de 2008

Macky Corbalán vuelve con mil flores


El tercer libro de la poeta nacida en Cutral Co se presentará el jueves próximo en La Conrado Cultural en una función que comprende la proyección de un video y una instalación.

Gerardo Burton
geburt@gmail.com

NEUQUÉN.- Todo amor es desamparo; todo erotismo parece confundir al amante pero la verdad más desnuda es que “todo ojo miente”. Y desde ahí se desata un mundo que sólo es perceptible a través de la poesía que también permite gozarlo con plenitud casi dionisíaca.
“Como mil flores”, el tercer libro de la poeta Macky Corbalán, se presentará el próximo jueves 10 de julio a partir de las 19 en La Conrado, centro cultural. La función promete la proyección de un video –audio y música, por supuesto- y una instalación artística. Las presentaciones de Corbalán son un reto a la indiferencia, un golpe en la mandíbula de la solemnidad pues la trama no sólo es vista desde el revés, sino que es destejida una y otra vez para poder construir un mundo, un difícil mundo.
Es que nada resultó fácil en la vida de la poeta, y la prueba es que la celebración gozosa del amor disfraza un cierto dolor, tiene un regusto a tristeza, mueve una brisa de angustia por fugaz.
Hay en la poeta de “Como mil flores” un aprendizaje, un duro caminar que termina en una suerte de madurez que es la contracara de la normalidad social. Es que Macky Corbalán cultiva su existencia de la misma forma que cultiva su poética: como una subversión de lo dado y con la intransigencia de quien ha sido derrotado –derrotada- y pelea como gato –gata- entre la leña.
“Todo lo fijo es de temer”, proclama, y entonces uno sabe que nada de lo establecido perdurará luego del intenso fuego de la poesía.
Eso ocurre en todos los órdenes de la vida: en el trabajo, en la cultura, en el arte. Por qué no, también en la ética, en la religión.
Ahora bien, en la poesía de Macky Corbalán pueden visualizarse varios ejes. Es decir, sus textos pueden ordenarse según esos temas fuertes, y es posible elegirlos. Uno, sin dudas, es el erotismo, un plano que ha crecido con la poeta, y que ha acompañado las diversas fases de su evolución, expresadas en “La pasajera de la arena”, primero y luego en “Inferno”. Sin embargo, en este volumen, los treinta poemas contribuyen a la indagación de la realidad que la autora propone, con un toque de la “ironía de los nacidos en Cutral Co”, según sus palabras y la peleadora resignación de los que optaron por estar en la otra vereda del poder.
El drama inicial del amor se ha convertido en juego, un juego que no se banaliza sino que desafía. Así no deja de presentarse como el riesgo de la construcción de un mundo a partir de pequeñas cosas, de insignificancias a los ojos de los “normales” pero que resultan enormes piedras de luz para la poeta.
Corbalán le atribuyó a este nuevo libro el carácter de “levadura”, ya que durante el proceso de creación –escritura, corrección, nueva escritura y nueva corrección, y así- se generó “otro libro”. Entonces, “Como mil flores” está en el camino “entre una etapa superada y otra completamente nueva, como las primeras palabras luego de una mudez larga”.
El trabajo expresivo se potenció en el aspecto técnico –corte de verso; imágenes despojadas; economía de palabras- y estilístico: la autora volvió a antiguas lecturas –Cesare Pavese, Marina Colasanti, Denise Levertov, Marosa Di Giorgio entre otros poetas- y Witold Gombrowicz, Jacques Derrida. Con ellos “comparte cosas que quiero compartir”.
El libro, publicado con una tirada de 500 ejemplares, es responsabilidad de Gabriela De Cicco e Irene Ocampo, de la editorial rosarina Hipólita –una rama de la Red Informativa de Mujeres de la Argentina, RIMA-.
La presentación consistirá en una video instalación artística que corresponde a una búsqueda común de Corbalán y Valeria Flores y que propone una reflexión del arte dentro del arte, con un carácter experimental.


DOS TEXTOS

Reposo

Desde arriba, podría parecer que
la cama es demasiado grande
para ella, aunque su cuerpo se acomoda
al espacio, ocupándolo con alguna gracia.
La espalda mira al techo y, bajo el cuerpo,
desde niña la misma posición de sueño:
una mano protege el descanso
de los senos, la otra, el desaliñado triángulo
de la genitalidad. Un caso de texto
para cualquier psicólogo, pero ella
sabe, en la epifánica lucidez
del sueño, que debe cubrirse
y también, que no bastará.

Zoo BA

Los animales miraban
con asombro los rodeos
de nuestro cortejo: yo, torpe
con el cuerpo, acudía a
las palabras por si una vez pudieran
salvarme; vos, displicente y lejana,
ganabas cada batalla, con el decoro
de no mostrar triunfalismo
o entusiasmo alguno.