jueves, 7 de junio de 2007

El MNBA neuquino recuperó con obras la inversión del municipio



Las obras donadas por los artistas que expusieron en el museo neuquino, que están este mes en exhibición y “forman parte del patrimonio de la ciudad, superan el costo que tuvo el edificio”, aseguró su director y titular de Cultura, Oscar Smoljan. Sólo el “Berimbau”, de León Ferrari, ubicado en el vestíbulo de acceso “vale un millón de dólares”, añadió.

Gerardo Burton
geburt@gmail.com


NEUQUEN.- El Museo Nacional de Bellas Artes de esta ciudad ya recuperó, con las obras donadas por los artistas que expusieron en sus salas, la inversión que realizó el municipio en el edificio inaugurado en septiembre de 2004. En menos de tres años, el MNBA acumuló una veintena de trabajos de plásticos nacionales y extranjeros que ahora están en exposición hasta finales de junio y que “forman parte del patrimonio de la ciudad”, indicó Oscar Smoljan, director del museo y secretario de Cultura del municipio.
Añadió que su valor, en conjunto, “supera el costo que tuvo el edificio” diseñado por el arquitecto Mario Alvarez y puso como ejemplo el “Berimbau”, de León Ferrari, que está emplazado en el vestíbulo de acceso.
Esa obra, realizada con hierro de construcción y de la cual hay tres en el mundo –una en Estados Unidos, otra en San Pablo, Brasil, y la tercera en esta capital- “se construyó con la idea de las cárceles y con referencia a los campanarios de Iglesia”, dijo Smoljan. La diferencia es que los barrotes “son flexibles y la gente puede liberarse a través de ellos y a la vez ejecutar una música”, añadió el funcionario. Actualmente, “vale un millón de dólares”.
Smoljan se refirió a la exposición habilitada hasta finales de mes: se trata de “obras donadas por artistas al MNBA desde que se inauguró su sede definitiva” en el sector este del Parque Central de la ciudad. Estas obras son de exclusiva propiedad del municipio, a diferencia de las correspondientes al patrimonio del museo, que se cedieron en préstamo a la sede neuquina cuando se inauguró y que forman parte de la colección permanente.
La muestra actualmente habilitada, dijo Smoljan, comienza con la obra de Luis Tomasello en el muro que enfrenta la puerta de ingreso al museo. Se trata de “una atmósfera cromoplástica y es el único mural en Argentina de su clase, comparable al que existe en el salón Azul del Parlamento de París. Es un ejemplo de arte cinético de Argentina”, explicó Smoljan.
La segunda es la obra de Raúl Lozza, un ejemplo de arte concreto “que el artista seleccionó sobre la base del color del muro, que nosotros le enviamos cuando se construía el edificio”. Son siete elementos seleccionados según la estructura que genera el color. El arte concreto “es lo que está ahí; todo está ahí y es parte de la arquitectura. Por eso, aun cuando se cambien los colores de las paredes, éste tiene que permanecer así porque es parte de la obra de Lozza”.
Desde el punto de vista patrimonial, “es mejor que estén estos artistas porque es la pintura de mayor valuación en la Argentina. Es un movimiento que crece y se origina en el Río de la Plata en forma simultánea y contemporánea con Europa, a diferencia del cubismo o el surrealismo, que llegaron al país con años o décadas de diferencia”.
En cuanto a la colección de Ferrari, además del “Berimbau”, hay 23 heliografías, un cilindro de acrílico con escritura de estilo “kitsch”; dos escritos de gran tamaño y dos grabados del famoso “Cuadro escrito” en el que Ferrari explica qué cuadro haría si supiera pintar. También está una de las versiones de la “Carta a un general” –de 1963 con reformulaciones de 2005- y un “Santa Teresa en el infierno”, de 2005.
Hay una obra de Pablo Siquier donada por la empresa Chandon, que “ya confirmó que desde Neuquén se convocará al premio en septiembre próximo”, anunció Smoljan. De la reciente exposición del español José Manuel Ciria hay una obra de gran tamaño –de la serie Gilgamesh-, denominada “Urshanabi el barquero”, que “es el primer cuadro de un artista extranjero que recibimos y que prestigia al museo. Eso ocurre por ser tan estrictos con el programa”, aseguró.
La muestra se completa con una obra de Diana Dowek –“Zona de catástrofe o poder vulnerable”-; fotografías de Alejandro Kuropatwa y Juan Doffo; una pintura de Alberto Cedrón y otra de Emilia Gutiérrez y dos del Grupo Escombros, entre otras.


UNA PRIMERA FASE EN EL GREGORIO ALVAREZ

NEUQUEN.- El edificio del Museo Nacional de Bellas Artes se inauguró en septiembre de 2004, luego de haber funcionado cuatro años antes en el Gregorio Alvarez, unas cuadras hacia el oeste. El nuevo complejo, que cuenta con una superficie cubierta de 2.100 metros cuadrados de los cuales 1.600 son salas de exposiciones, costó unos 3,6 millones de pesos según la información disponible en la página web del municipio.
El proyecto correspondió al estudio de Mario Roberto Alvarez que, entre otras obras, construyó el complejo del Teatro General San Martín, en la ciudad de Buenos Aires.
El MNBA neuquino además de las salas de exposiciones tiene un patio interior, un café-restorán, una librería, un auditorio y sector para oficinas.
Una de sus premisas es que el acceso del público sea gratuito y por tal razón tanto las exposiciones como los ciclos de cine, conferencias y videos que se realizan son sin costo alguno para el público


Publicada en el diario "Río Negro" el 7jun07

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