sábado, 19 de mayo de 2007

Selección de poetas patagónicas

Valeria Flores

Nació en Buenos Aires, pero a los pocos años, Neuquén fue la ciudad de infancia y sueños. Es maestra y escritora. Casi todos sus poemas permanecen inéditos. Editó una plaqueta artesanal, “La interrupción” (2004). “Matar a la niña” (2006) es su obra poética más reciente. En 2003, el poema “El oficio de la pérdida” fue seleccionado para el evento "Argentina: a tale of two cities", organizado por el Departamento de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Delaware, Estados Unidos. Edita la boletina lésbica & feminista “La sociedad de las extrañas”, e integra el grupo de lesbianas feministas “fugitivas del desierto”.

De “La interrupción” (inédito)

Bahía de entrepiernas,
un puerto
al que sólo llegan
las lenguas
capaces del incendio.
Hoy, en los pliegues
del tiempo
las olas ya no llevan espuma
en su boca.

El desierto se bebe
las últimas humedades




--



Gimen
las muertes venideras
en el continuum de la vida.

El tembladeral
de un líquido exquisito
la cubrió de
un miedo sedoso.

Primitiva

lame
el aire oscuro
en busca
de una extraña diversión.


--

el pasatiempo de la difunta
Ella,
un cadáver
de senos erguidos
cose su sombra
con su cuerpo.
Teme que el susurro rojo
invada el aire,
y, tal vez,
despierte a la mosca
dispuesta a devorarlo todo.

Su respiración es
un frágil paisaje de
sueños blancos.

Noches viudas circulan
por su sangre.


--

De “Matar a la niña” (inédito)
¿cuál es ese espacio llamado niña? observadora, a sesenta centímetros del suelo profana la hediondez de los adultos, el inframundo del escalofrío, se ignora a los ojos que angostan la vida, el macho busca su presa para la marcación, es migrante de las alturas, teje con cuidado sus monólogos ilícitos, la fragilidad es un despojo de su timidez, versátil, el monstruo se aloja en alguna cavidad del cuerpo



...


¿qué se oscurece en las palabras? colón trajo algo más que muerte, en las faenas del lenguaje hay desechos, babear es un acto involuntario, digerir cuesta más, la isleña no participa en la subasta, no adora próceres, invento herrumbroso de un poder, es muy difícil combatir la roseta, su embate contradice a los astros, repite la maquinaria del exceso, en el borde hay un lugar, las tímidas sabemos de esas cosas, lo volátil sobrevive a la voluntad


Macky Corbalán

Nació en Cutral Co, que es “el paisaje de toda mi poética”. Es poeta, trabaja como periodista y tiene el título de licenciada en Servicio Social. Es lesbiana feminista y es una activa militante el grupo Fugitivas del desierto. Aboga por los derechos de los animales no humanos y es una lectora empedernida. Publicó “La pasajera de arena” en 1992 e “Inferno” en 1999, ambos en la editorial Tierra Firme. Tiene dos libros terminados e inéditos.


De “Como mil flores”

Reposo


Desde arriba, podría parecer que
la cama es demasiado grande para
ella, aunque su cuerpo se acomoda
al espacio, ocupándolo con alguna gracia.
La espalda mira al techo y, bajo el cuerpo,
desde niña la misma posición de sueño:
una mano protege el descanso de
los senos, la otra, el desaliñado triángulo
de la genitalidad. Un caso de texto
para cualquier psicólogo, pero ella
sabe, en la epifánica lucidez
del sueño, que debe cubrirse y
también, que no bastará.


La llave


La miro con detenimiento,
con fruición. Es diferente: brilla
con luz y oscuridad, su forma
quiso parecer un corazón
pero quedó a la mitad.

Sonríe y mira.

"La llave de mi corazón" decís al
ponerla sobre mi mano,
y vuelvo a mirarla por si fuera cierto,
como si sólo debiera
elegir el momento, el modo de la entrada.

Creer en las palabras, en el
latir que las empuja hasta la dicción,
que lo que dicen es cierto,
de alguna manera.
Creer en lo que se ve, en lo que el cuerpo
recibe, agradecido, y que el sudor deja
más que sal piel adentro.

Antes que la religión, el amor
es materia de fe.




De “El acuerdo”


Suenan trompetas de tren en la distancia.
No las escucha mi padre.
No las escucha mi abuela.
No las escucho yo, almacenada
y oscura, como el vino
en sitio fresco,
sin luz, ni vibraciones fuertes.




...


Mientras con un beso viscoso
de lujuria y fruición te recorro la
piel, los lunares, el vello, alguien
-lo sé- reza por mí, ofrece misas,
se golpea el cuerpo a diario con
ideas que lastiman como látigos.





Griselda Fanese

Nació en Buenos Aires, creció en Allen y vive en Neuquén. En poesía, ha publicado “Las viejas acostumbraban encerrar el dulce de membrillo” (Limón, Neuquén, 2003). Sus poemarios “De lo humano” (1988) y “Sombrero, abrigo, guantes” (1992) fueron premiados y publicados por la Fundación del Banco Provincia de Neuquén. Otro poemario, “Habla la Liebre de Marzo”, formó parte de la antología “Poesía neuquina de los ’90” (Narvaja Editor, Córdoba, 1997). Una selección de poemas suyos apareció en la antología “InSURgentes” (Limón, Neuquén, 2005). Tiene tres libros terminados e inéditos: “Lugares comunes”, “Poemitas de la suave patria” y “Cuando crezcas serás nena. Versos de Maravilla, la poderosa hermafrodita”.
Ha sido maestra en escuelas primarias y profesora en escuelas medias. También se ha ganado la vida como dibujante publicitaria y como periodista. Actualmente, trabaja en la Universidad Nacional del Comahue como profesora regular en el área de Lingüística e investigadora. Ha publicado trabajos sobre agrupaciones de artistas, políticas culturales y análisis de discursos de la prensa en la Patagonia.


De “Cuando crezcas serás nena. Versos de Maravilla, la poderosa hermafrodita” (inédito)


La estratagema

Di tres vueltas –es mi estratagema-
y vi en la canal
digo abierta en canal
la mirada fatal
de la violada,
la desamparada,
la mujer policía,
la que camina con botas,
la que cree que es
la feliz.
¿Qué dirá cuando arresta,
mata la canalla?
¿Achata machos?
¿Qué refocila?
¿Cuán sustantiva?
Hasta dulces álamos en chacras cariñosas
saben que no hay destino en tu bota.
Tomá te presto sulama y zumaya
más un almohadón de lentejuelas.



Filo
La sera humana de la futura imanta entre las piernas,
la poderosa hermafrodita. Pero más: Grita entre piquetes,
de noche supura luces, de día se junta con estrellas ciegas.
En la media, ahí entre la carne y el elastiquito vibra
un mantra filo que te echo al pecho
para destrozar tu cautísimo corazón
de burócrata y tu vocación
de oveja.


AcuarelaSavonarola en cada poro se te asoma,
en cada caso tu comisura sube si duele, si a alguien
le duele. Que terminó la erosión del FAL
del falo así dicen que se acabó el dictar
quién puede quién no puede qué.
Y sin embargo.
Ahí estás.
Quieto quieto.
Gozás cada dolor, cada palabra partida. No temas, no estás solo,
Auschwitz puede ser otra y otra vez.
Surgen escuelitas a tu paso. El puntero en tu diestra
(“usté sí, usté no”) y el sarcasmo en tu siniestra.
Sarcófago sarcofagia sarcoma sacrosanto sarna sarmiento sarro.
La tarde morosa acaricia el sol
demorado en el verano ya gastado.
Festejamos una libertad de vidrio fino,
caminamos descalzos en el hielo.
Mientras tu ojo nos ametralla y nos mata
en camisetas pintamos con acuarela
“compañero”, “compañera”,
todo eso.


De “Lugares comunes” (inédito)
Negro humo de las rutas
3.
Alejate de nosotros, trascendencia, regresate y herite
y herinos con el dolor de los vientos y el dolor del trigo
ausente. El de los hechos que nacen. Se oye arder tambores.


4.
Queremos huir hacia el sándalo o las nieves como plumón,
tocamos llaga y sangre de lo efímero. Derramados vamos.
Contemplación, por vos tenemos las manos en el jilguero,
los ojos en el sauce, el fuego hecho en el viento.
Tenemos la nada y el todo pintados como puertita en la frente.


5.
Señor jardinero, de la dulce noche
y de las aguas mansas no sabemos
conversar. ¿A qué centeno va el rocío,
quién come armonía, cómo salta
la corneja, en qué ruiseñor la acacia,
cuándo la paloma en flor? El cuerpo
sueña, aprende el dolor del fuego,
se hamaca en el horror como en lianas.


Vanessa Arroyo
Nació en San Carlos de Bariloche, en diciembre de 1976. En 2001 se mudó a Neuquén capital para estudiar Artes Visuales en la escuela de Bellas Artes. Ese mismo año fue seleccionada como becaria para participar de los talleres de poesía organizados por la Fundación Antorchas y Revuelto Magallanes. Desde entonces participó en diversos encuentros literarios. Su obra está inédita.

De “Canto Inverso”
dulce boca de leche
flameas dentro y fuera
sábana a medio izar
en los vuelos de la locura
despatriada soledad
enferma soledad
perra
grandes mamas rayando el asfalto
mirá
la brea bajo mis uñas
la costilla que atravesó el pulmón
la carneseca
boquita,
andás
pariendo por ahí cosas, y
tu cría está guacha
le esquilaron el abrigo
sigue el rastro de tu olor
blanco.




--


El aire se ha dilatado en el recinto –éste-
y vos planetario que no volverás en el siguiente
ciclo ni en la hora
de la hora
del esplandor
mirá
lo que ha quedado o no
ha quedado siquiera

hojas secas de boldo para combatir la acidez de la mala yerba, mueca de hembra herida dentro del botiquín, de la canción en cambio quedaron las notas necesarias para interrogar al pájaro que no ha vuelto a decir:

“no fuimos lo que quisimos ser
pudimos menos aún"

que ya no sé lo que dice pájaro
pájaro
que ya no sé si dice algo.

--


De “Cuatro voces”

Discursa de hembra a su pública



Mis muy queridas mías:
Sé bien que dije - No voy a volver,
pero deben saber,
si es tortuoso no hacer siempre lo que una dice,
lo contrario también lo es.

Aquí y ahora
se han fugando las inocentes
para que no haya inocencia.
Otro milagro no será posible.
Los hechos seguirán sucediendo así,
como por arte de magia,
arte que iguala
la ilusión y el engaño.

Por mi parte,
dejé de buscar el ojo de la aguja
por donde pasaban los camellos sin ser vistos,
la aguja en la paja ajena del ojo
que ya no me mira.

Y hay ratas de trigo hambreadas
y no tigresas que en su desdicha
dejaron de ser carnívoras
para esconder sus flaquezas
tras grandes pieles.

No pregunten que le hace
una mancha más al felino
o si se le quita la maña a la zorra
por una mancha de menos.

Solo sé que ayer desperté temprano
y dios no me ayudo
luego lo oí decir - Hasta mañana
si yo puedo,
y todavía no amanece.

No esperen se produzca un mísero milagro,
por lo que se ve
los hechos se seguirán sucediendo así,
como por arte de magia
arte que ya no le da de comer
ni siquiera a nuestra inocencia.



Carina Nosenzo

Ruta Provincial Seis


hay
una oveja
con cara de oveja
cuya trompa es una
pincelada impresionista

un caballo persigue otro caballo
porque es primavera
y los sauces se juntan

mi ford taunus se come los pozos

un perro le mastica la cara a otro perro

dicen que la gente vive de
la cría
de ganado
y te venden dos obleas chilenas
al precio de una
más un alfajorcito
agridulce

un hombre le mastica la cara a otro hombre,

la reina del pueblo

que no hace autoestóp,
no sabe lo que se pierde

en las tiendas te venden
brillo de uñas
fosforescente
y aros para ensartarte el ombligo


en la ruta seis
me como los pozos
(con la cara)

y son tantos
que los cuento
como sapos.

Por acá nunca llueve
sin embargo
los pozos
igual se me llenan de agua.


Paseantes por el río
ESA mujer
mide
al hombre
con un cruce
de piernas

Lo está midiendo

con el largo de su cara
fuente-nunca-saciada
y lo encuentra tibio.

Dice que sí con la cabeza.

Una mano
encuentra
su rodilla
y se queda allí,
como las moscas,
descansando.

Introducción: ver entrada Una mirada de extrañeza con el mundo
Selección de textos: Gerardo Burton
geburt@gmail.com


1 comentario:

Anónimo dijo...

flores, me mataste. Que fuerza tiene tu poesia. se le queda a uno el bobo boqueando ese trozo de aire/fuego. Y un elemento consume al otro para dejarnos mas bobo.