viernes, 29 de enero de 2016

Adagios, por Oscar Wilde



  • El arte es la forma más intensa de individualismo que el mundo ha conocido.
  • Las mujeres han sido hechas para ser amadas, no para ser comprendidas.
  • La única manera en que un hombre debe comportarse con una mujer es: haciendo el amor con ella, si es bonita, o con otra, si es fea.
  • No hay nada como el amor de una mujer casada. Es una cosa de la que ningún marido tiene la menor idea.
  • Cualquier hombre puede llegar a ser feliz con una mujer, con tal de que no la ame.
  • Las mujeres feas son celosas de sus maridos. Las bonitas no tiene tiempo, ¡están siempre tan ocupadas en estar celosas de los maridos de las demás...!
  • Los hombres casados son horriblemente aburridos cuando son buenos maridos, e insoportablemente presumidos cuando no lo son.
  • Es curioso este juego del matrimonio. La mujer tiene siempre las mejores cartas y siempre pierde la partida.
  • La mejor base para un matrimonio feliz es la mutua incomprensión.
  • Las mujeres son un sexo decorativo. Nunca tienen, nada que decir, pero lo dicen deliciosamente.
  • Me gusta contemplar a los hombres geniales y escuchar a las mujeres hermosas.
  • Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo.
  • Para la mayoría de nosotros la verdadera vida es la vida que no llevamos.
  • Amarse a sí mismo es el comienzo de una aventura que dura toda la vida.
  • Cuando se está enamorado, comienza uno por engañarse a sí mismo y acaba por engañar a los demás. Esto es lo que el mundo llama una novela.
  • Uno debería estar siempre enamorado. Por eso jamás deberíamos casarnos.
  • La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella.
  • Adoro los placeres sencillos; son el último refugio de los hombres complicados. Tengo gustos simples. Me satisfago con lo mejor.
  • Ser natural es la más difícil de las poses.
  • Nada se parece tanto a la ingenuidad como el atrevimiento.
  • Haría cualquier cosa por recuperar la juventud... excepto hacer ejercicio, madrugar, o ser un miembro útil de la comunidad.
  • En el mundo común de los hechos, los malos no son castigados y los buenos recompensados. El éxito se lo llevan los fuertes y el fracaso los débiles.
  • Ningún gran artista ve las cosas como son en realidad; si lo hiciera, dejaría de ser artista.
  • Antes del impresionismo no había sombras azules.
  • El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible.
  • Un hombre que no piensa en sí mismo no piensa en nada.
  • Todos estamos en la cloaca, pero algunos estamos mirando a las estrellas.
  • En el arte como en el amor la ternura es lo que da la fuerza.
  • Los músicos son terriblemente irrazonables. Siempre quieren que uno sea totalmente mudo en el preciso momento que uno desea ser completamente sordo.
  • Los niños son siempre el símbolo del eterno matrimonio entre el amor y el deseo.
  • La mayoría de las personas son otras: sus pensamientos, las opiniones de otros; su vida, una imitación; sus pasiones, una cita.
  • La vida es simplemente un mal cuarto de hora formado por momentos exquisitos.
  • Lo único que se conseguirá diciendo siempre la verdad es ser siempre descubierto.
  • El único deber es el deber de divertirse terriblemente.
  • Sólo podemos dar una opinión imparcial sobre las cosas que no nos interesan, sin duda por eso mismo las opiniones imparciales carecen de valor.


Oscar Wilde. (Dublín, Irlanda, 1854-París, Francia, 1900)

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