martes, 28 de junio de 2011

Contra el olvido - "Quebrantos", de D. Fanego


Doce testimonios de argentinos en el exilio, en Italia. “Quebrantos”, de Delia Ana Fanego, reúne relatos autobiográficos registrados en la segunda mitad de la década de 1970. De esta recopilación dice Juan Gelman en el prólogo que se trata de “una memoria recién salida del infierno”.


Gerardo Burton
geburt@gmail.com

NEUQUÉN.- Uno de los relatos míticos del exilio está en la Biblia: son los testimonios de los judíos deportados en Babilonia (“¿cómo celebrar lejos de Jerusalén?”) que recogen los profetas y los salmos y sus rasgos más característicos aparecen el trasfondo de los doce relatos autobiográficos recopilados por Delia Ana Fanego en “Quebrantos. Historias del exilio argentino en Italia” (Ediciones Fabro, Buenos Aires, 2010, con prólogo de Juan Gelman).
Las historias, que según dice Gelman, relatan “una memoria salida del infierno” fueron registradas entre 1978 y 1979 cuando la RAI (Radio e Televisione Italiana) aceptó un proyecto documental de realizar una película para televisión con guión de Giuditta Rinaldi y las grabaciones hechas por la autora y Julia Constenla.
En muchos casos, se trata del viaje inverso al realizado por padres, madres o familiares de los protagonistas. La huída del país natal por motivos políticos está siempre en el escenario, aun cuando se presenten casos más larvados –la decisión de partir por motivaciones económicas o sociales, otra forma del exilio político-.
Fanego alude al lenguaje “áspero” de quienes sobreviven al horror. Es uno de los ejes centrales de esta obra en cuyo prólogo Gelman resignifica el sentido asociado del exilio a otros hechos de los años de la dictadura: “Ellos son testigos insoportables para los que dejaron de soñar con una vida mejor para todos”. Así, los autores del libro son Adelaida Gigli, Albertina Paz, Andrés Imperioso, Franco Castiglioni, Juana Bettanín, Lucía Torres, Teresa Cofferri, Walter Calamita y Wanda Fragale, además de tres testimonios identificados bajo los nombres de Daniel, Hugo y Jaime, algunos de ellos ya fallecidos, a quienes está dedicado el texto.
La autora defiende una característica: “la contemporaneidad (de los textos) con lo vivido”, ya que permite, por una parte, “el vasto despliegue de información que permite el recuerdo cercano” y a la vez “refleja el perfil ideológico y cultural de los protagonistas en el momento de los acontecimientos”.
Las experiencias tienen un denominador común, que se refiere a la situación política que originó la respuesta de la juventud de esa década: los fusilamientos de Trelew, las sucesivas dictaduras militares que interrumpieron los procesos democráticos previos y, luego las acciones de la Triple A como ensayo civil del golpe militar generaban un contexto de violencia que contribuyó a que muchos jóvenes optaran por la lucha armada.
En declaraciones periodísticas, Fanego consideró que el valor del libro “es no haber sido mediado por la memoria. Por eso es tan fresco, los testimonios los grabé y ahí quedaron. Cuando recuperé el material, algunos se encontraron con recuerdos ya perdidos, con historias que habían sepultado o se siguen abriendo hasta hoy. La memoria puede ser engañosa o una trampa”.
El libro se presentó hace unas semanas en el Centro Cultural Haroldo Conti (ex ESMA) en Buenos Aires y poco después en la Universidad del Comahue, en Neuquén.

(Publicada en El Extremo Sur, Comodoro Rivadavia, junio de 2011)

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