Poemas y textos de un afiche en recuerdo del 40° aniversario de la guerra en el Atlántico Sur decidida por la junta de comandantes de la dictadura cívico militar en 1982. Publicado por la cebolla de vidrio ediciones en mayo de 2022
VIENTO DEL SUR
3 de enero de 1833
Llegaron del mar.
Otra vez no eran dioses.
Agosto – 1833
Algunos dicen que fue por la patria, otros que fue por el pan.
En el territorio, la rebelión duró un año.
En la memoria, el tiempo avanza.
1964
En un remolino de sangre charrúa
Rivero está naciendo.
Mira el futuro
Ve sangre originaria.
Ve un pájaro Fitzgerald cortando el Atlántico.
Y a Miguel, enarbolando el paño con el sol y el cielo.
1966
El gaucho mira desde la estepa.
Ve cóndores que llegan y descienden.
Militantes
que enarbolando sol y cielo
rebautizan el puerto con el espíritu de Antonio
1982
La memoria está semi dormida.
Explota ante hechos límites.
Cargada desde ante y después
con el “comunicado número uno”
con “el país está bajo el mando de las fuerzas armadas”.
El “si quieren venir que vengan”
El “Vamos ganando”.
“La batalla ha finalizado”:
La memoria sabe que es la historia
misma
Ha visto gente
en medio de la calle quemando bibliotecas.
Gente cavando pozos
para esconder libros.
La memoria explota
Y levanta la voz:
“Los chicos murieron, sus jefes los vendieron”.
“Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura militar
LLUVIA DE ABRIL
19 de junio
Nada puede ocultarse
Ni el regreso de los nuestros.
El muelle Storni estalla de luz.
Un fogonazo
Ilumina la memoria colectiva.
Rollos fotográficos, secuestrados,
se revelan.
Intentaron ocultarlos
De la cartilla de silencio
a las cajas de los unimog
que en larga fila pasaban oscuros.
Hasta que las lonas se elevaron
y rostros y corazones ardían
entibiando el otoño patagónico.
El fuego atravesaba el pecho
de un pueblo que entregó el alma.
No pasaban solo ellos.
Iban también los que faltaban.
No faltaba ninguno.
Manos de trigo se extendían hacia los camiones
alcanzando la hogaza que comían
con toda el hambre de la soledad.
Y Madryn se quedó sin pan
porque la memoria rompió las cuerdas de la admiración y la solidaridad.
10 de septiembre
Ni el silencio de la mentira
ni el hambre.
ni los pucarás hondeados
ni el rostro en llamas del Ara Belgrano.
Nada queda en el olvido.
Ni la colecta patriótica robada
ni los pozos con agua
ni las estacas en el hielo.
Tampoco el coraje que alumbró como bengala.
Todo queda en el recuerdo
Y ese día, hecho calle,
el lomo de Domecq García se dobló vencido
por el peso de migas y migas
que se amalgamaban hasta ser un pan;
que empujaba
que vencía la guardia del muelle
y llegaban.
En otro campo de acción
La batalla lanzaba chispazos.
Ya estaban ahí.
La transpiración de la Atlantic South Force
llegaba con la brisa.
Su bandera proyectaba sombra colonialista.
Las migas unidas en masa liberan la memoria.
La orden popular quemó el aire.
Los barcos en alta presión
escupían agua por mangueras
y recibían cadenazos
graffitis
Indignación acumulada.
La memoria bramaba
y veía en el horizonte marino
puntitos negros que se alejaban vencidos.
El viento les empujaba
y lluvia, les repicaba: “Yankees go home”
Ante un proceso de transición
La sociedad se trastoca y pierde el alma.
Les llama locos, alcohólicos.
Con los rostros apagados
sin sol ni cielo.
“Conocidos solo por dios”
con charreteras de olvido y despojo
vagan indigentes combatiendo la ignominia, el rechazo.
Pusieron el pecho y reciben la espalda.
Pero poco a poco lo oculto se trasparenta.
2017
Volver
Un cóndor atraviesa el atlántico.
Viento sur al reencuentro reuniendo lazos familiares
que recorren el sitio donde estuvieron
y ahora están.
Como ráfagas de ametralladoras
Las lágrimas salpican la isla.
Tumbas se llenan de migas
que se abrazan de recuerdos
y se amalgaman
hasta ser un pan gigante
para que siempre sean/ los héroes de Malvinas.
El futuro espera antes y después
El viento estruenda.
La lluvia hace correr el río de la memoria
y tras “un manto de neblina”
un nuevo cóndor está por despegar.
Washington Berón, Puerto Madryn
ESA
La estepa
había sangrado
ante el seco grito
de la pala de campaña,
el niño,
con terror,
optó por amar
la culata tierna de madera,
la flor estriada
del caño de su arma,
la trinchera,seca de sangre,
húmeda de miedo y lágrimas.
Era el último sexo,
el supremo...
MUERO POR LA PATRIA!!!!!
esa patria ramera
de oficiales nuestros,
tan rubios,
tan formales,
tan iguales
a los que nos matan.
Julio José Leite, Tierra del Fuego
PIANISSIMO
Hay otra música
hay una música otra
que late en otro ritmo
en otro tempo
no de finales no de profecías
hay un acorde
pianissimo
para el que se descarga de cosas y de eventos
y decide partir
con todo su horizonte de sentidos
a cuestas
mirá para atrás
porque hay atrás
pero la música de atrás no es música,
es estruendo
un trinar de pájaros lejanos
impecablemente fallecidos
Claudia Sastre, Chubut
hay un yo que tiraba piedras
que ladró lágrimas azules
cuando se hundieron al buque general belgrano
yo que no hice el servicio militar obligatorio
soldado almonacid hijo de chilotes
cuerpo a tierra carrera mar
un yo país cargado de usura
de gorilas xenófobos que andaban sueltos por las noches
yo que ni delantero habilidoso
ni argentino hasta la muerte
yo buscado no se ofrece recompensa
yo que todo le va grande los zapatos la virgen
nuestra señora tengo hermanos extraviados
tras su manto de neblina no se vayan a olvidar
yo con espuma en la garganta
clama el viento y ruge el mar
un yo sin cuchara ni invitado
ni lugar en el banquete de platón
yo que bailaba rocanrol
asmático aullido gato solo en la ciudad
noches de oscurecimiento no las hemos de olvidar
gorilas verde oliva
ahorcaban los intentos de tu yo
yo que no sé el paso de moda
yo que no supe desfilar
yo que tiraba piedras
ladré lágrimas azules
cuando volvían los hermanos con los ojos del horror
soldado almonacid haga patria cuerpo a tierra
tras un manto de neblina ladran perros
vienen gurkas claman niños
eran niños ruge el mar
gorilas xenófobos no los hemos de olvidar
¿quién nos habla aquí de olvido,
de renuncia, de perdón?
Jorge Spindola, C. Rivadavia, Chubut
GURKAS
Mercenarios de perfil bajo
(los únicos que los vieron
ya no están)
Cuchillos fantasmales
cortando los sueños
¿Pero acaso nosotros
no veníamos del país de
las picanas sobre panzas
embarazadas?
¿Quién le tenía que tener
miedo a quién?
Gustavo Caso Rosendi, La Plata, Bs.As.
HAIKU DE GUERRA
Tras la bruma
los niños que fuimos
nos están gritando: adiós
Martín Raninqueo, La Plata, Bs.As.
UN IRANÍ DISONANTE
El 2 de abril de 1982, a eso de las 5 de la mañana ya sabíamos, aún sorprendidos, del desembarco de las Fuerzas Armadas de la dictadura en las Islas Malvinas, en Puerto Argentino.
A esa hora me fui como todos los días a tomar mi turno en el servicio de noticias de LU5 Radio Neuquén. Mientras manejaba mi Fiat 600 por Primeros Pobladores hacia la vieja casa de Alberdi 189, ya imaginaba la orden que recibiría de salir con el móvil de la radio que manejaba Nené Molina, para describir el humor de la sociedad neuquina en las calles ante semejante acontecimiento.
Y así fue. Recibí de Lucho Díaz, jefe de informativo, la consigna de entrevistar a quien fuera y que esas notas se transmitirían en forma directa por la radio, porque la prioridad, ese día, era "la recuperación de las Malvinas".
En las calles comenzaba de a poco a exteriorizarse la algarabía de los vecinos que a temprana hora se dirigían a sus lugares de trabajo o hacer las compras.
Las primeras notas fueron en la avenida Argentina. Varios entrevistados se sorprendían por las preguntas porque no tenían noticias del desembarco. Otros muchos expresaban su alegría y emoción; algunos con lágrimas.
Se me ocurrió ir al obispado para que Don Jaime nos dijera qué pensaba. No estaba disponible, pero me atendió su secretario, el sacerdote Juan San Sebastián. En la vereda, Juan se limitó a decir que ningún pedazo de territorio justificaba la muerte de compatriotas, imaginando ya el terrible desenlace.
Como no había muchos jóvenes en el centro, le dije a Nené que fuéramos a la Universidad para entrevistar a estudiantes. Nos ubicamos en el playón de ingreso a la Universidad Nacional del Comahue, sobre el final de la calle Buenos Aires. No hubo necesidad de convocar a los chicos y chicas que iban a los claustros, porque apenas vieron la "naranja mecánica" de La Radio con un tipo (yo) con un micrófono, se amontonaron alrededor de la rural Fiat para opinar. Todas las expresiones giraron en torno a los derechos de Argentina sobre las islas del Atlántico Sur.
En medio de ese desorden de palabras y gritos, se acercó un joven con acento extranjero. Sus compañeros me dijeron que era iraní y que por una beca de la República Islámica estaba cursando estudios universitarios en Neuquén.
Con un relato pausado, como buscando el término exacto para no ofender, y en un español claro, me (nos) dijo, sabiendo de qué se trataba la geopolítica: "Ustedes no tienen idea lo peligroso que es enfrentarse a la OTAN; este es un conflicto Norte-Sur para el que la Argentina no está preparada".
Nunca olvidaré a ese iraní disonante.
Eduardo Marchetti, Neuquén
Un plato puesto a la mesa
la copa de vidrio para el agua
el sitio vacío.
Así pasan sus días también las Madres de Malvinas.
Para nosotras la Guerra no terminó
-me dice una hija-
nosotras vivimos Malvinas cada día
y va a durar para siempre.
Así pasan sus días también los Hijos de Malvinas.
El sueño intranquilo de alguien que aún está en las trincheras
la tortura diaria del que no debe explicar nada nunca a nadie
porque el lenguaje No Dice.
En una escuela un grupo de hombres va a hablar con los niños
están ahí traduciendo tanta tempestad a un idioma impreciso
los niños entienden que ellos fueron a la guerra
niños
que no salía ahí el sol
que también el hambre
pero los hombres no quieren poner en palabras la sombra de todo
el estaqueamiento
la tortura
la continuidad que fue Malvinas con el odio,
esa Dictadura.
Así pasan sus días también los sobrevivientes de Malvinas
otros
no pudieron.
Malvinas tiene tantos muertos en la guerra como suicidios tempranos.
Así mueren también los hombres de Malvinas
y nosotros con ellos.
Con ellos también vivimos.
Que nuestra memoria sea siempre esa flor que levanta todo el pueblo, su bandera.
Así sigue también la memoria de Malvinas.
Así también Nunca Más.
Viviana Ayilef, Trelew, Chubut
1982
al muere
el país
ese abril fue
seguro a la
derrota
que allí
en las islas
del frío
aguardaba
sólo sirvió
de espejo
a los dictadores
garras y colmillos
despedazaron
trituraron
sin perdón
sin clemencia
a los pobres
del suburbio, a los
recién venidos
cabecitas
del escarmiento
en el muñón
les creció
maradona
gerardo burton, neuquén
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