Para la Unión de Escritoras y Escritores, el proyecto de creación del Instituto Nacional del Libro Argentino es “una versión mejorada” del anterior, y contempla “las necesidades de la industria editorial y de los autores, que así no serán considerados “el último eslabón en la cadena de pagos” (Publicada en diciembre de 2021 en www.vaconfirma.com.ar).
Gerardo Burton
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En el Congreso está la llave para que la industria editorial argentina recupere, aun en parte, el prestigio de mediados del siglo pasado. La senadora Cristina del Carmen López Valverde, del Frente de Todos por la provincia de San Juan, presentó la semana pasada un proyecto de ley de creación del Instituto Nacional del Libro Argentino (INLA) que incorpora esta vez a autores, traductores y a quienes desempeñan los diferentes oficios en la producción editorial -diseño gráfico, correctores, ilustradores, diagramadores, libreros-.
El Instituto, que tiene como modelos los creados para la música (INAMU); el cine y las artes audiovisuales (INCAA) y el teatro (INT), será “una herramienta para generar políticas públicas, más que una política pública en sí misma”, dijo Marcelo Guerrieri, presidente de la Unión de Escritores y Escritoras. Añadió que los aportes de la entidad permitieron corregir falencias del proyecto anterior presentado por Daniel Filmus y que perdió estado parlamentario en diciembre de 2020. En esa iniciativa no había, prácticamente, un rol definido para autores ni traductores y en el texto actual se definió la “creación y actividad autoral” como fundamentales en la industria del libro. (https://uniondeescritorasyescritores.wordpress.com/2021/11/25/ley-del-libro-se-presento-el-nuevo-proyecto-de-ley/)
Guerrieri subrayó que esos conceptos implican un “cambio fundamental” respecto de la iniciativa anterior, pensada desde el punto de vista de los empresarios editoriales. En cambio, en la actual propuesta, los autores y los editores tendrán la misma representación en el Comité Representativo, organismo de conducción del INLA: dos miembros cada sector. En esa instancia de conducción habrá también un sillón para el Consejo Interuniversitario Nacional, y otros seis para las representaciones regionales.