lunes, 19 de septiembre de 2016

Palabras de presentación de las plaquetas de La Mano en la Sed


1.- FERIA DEL LIBRO

Alguna vez, un periodista le preguntó a Juan Gelman por qué no escribía una novela. Algo que ocurre a menudo a los poetas: ¿para cuándo una novela, un libro en serio? Y Gelman contestó que para qué. Que soy poeta. Y escribo poesía. Y eso basta. Él lo dijo seguramente mejor.
El jueves de esta semana, Marta Dillon decía que estamos viviendo una época en la que es necesario nombrar. ¿Nombrar qué? Esas cosas, esos hechos, esas realidades que nos constituyen, ese territorio desde donde nos movemos porque es nuestro y está lleno de nuestra historia, de nuestros afectos, de nuestro futuro. De nuestra voluntad.
Porque sabemos que la revolución de la alegría no es la revolución de la alegría y que el sinceramiento es una mentir ay una expoliación y que armonizar es perder derechos. En contra de ese vaciamiento se levanta la poesía: para recuperar, para resistir.
Estamos hoy ante una acción poética que es una acción política. La confluencia -palabra que tanto gusta por aquí- de esfuerzos de poetas, artistas plásticos, instituciones. Una verdadera confluencia de voluntades independientes que unió a la Asociación La Mano en la Sed, la ANAP y el sello la cebolla de vidrio ediciones para hacer, en menos de 45 días, una tirada de 50 ejemplares de diez títulos de otros tantos autores y autoras.
Éste es el hecho. Ésta es la afirmación de la poesía, de que es posible plantarse a los estados y las empresas indiferentes en el mejor de los casos. Prescindir de ellos. Pasar de ellos, como dicen los españoles.
Y mostrar, desde un lugar en el margen, que es posible. Que hay confianza en la propia producción. Que la poesía que componemos es de verdad: dice lo que nadie dice, nombra lo que es necesario nombrar.
Yo les agradezco a Mariángeles Abelli Bonardi, Mirta Agostino, Juan Aguilar, Alexis Paola Balco, Eugenia Cavallín, Lautaro Gutiérrez, Aldo Novelli, Fernando Quatrini, Hernán Riveiro, Denise Sánchez Ippi, los artistas plásticos Daniel Schalbetter, Victoria Aragón, Juan Cruz Castro, Romina González Johnny Azaguata, María Luz Hernández, Klaudja Kuhanik que hayan querido confluir con la cebolla de vidrio para gestar este hecho inédito, al menos en esta ciudad: diez títulos al hilo. Muchas gracias.


2.- SALA DE ANAP

Hace dos fines de semana presentamos este esfuerzo colectivo en la Feria del Libro. Y ayer me preguntaba qué palabras nuevas ponerle a esta presentación de hoy.
Me temo que este hecho: diez títulos nuevos de poesía y narrativa, con ilustraciones de artistas plásticos y una edición artesanal de 50 ejemplares por título, sigue siendo algo inédito. Aquí, en esta ciudad al menos. Y es, sobre todo, un hecho político. Y un hecho poético.
Miren: esto es poesía por mano propia. Es poesía de la que nos apropiamos para decir, para estar en un espacio que resiste a los gurúes del sistema y a los mandarines de la erudición.
Es desde otro lado, de éste, del nuestro, que vienen estas plaquetas, que se hacen en una casa, con fotocopias, y se terminan a mano. Este espacio, creado entre La Mano en la Sed, ANAP, la cebolla de vidrio, los artistas plásticos y supone una muestra, un manifiesto de esta forma de ser, de pararnos en esta existencia. Decimos, sin decirlo, no pasarán. Y esto, lo decimos los que están en esta movida editorial, y muchos más.
En esta ocasión estamos Mariángeles Abelli Bonardi, Mirta Agostino, Juan Aguilar, Alexis Paola Balco, Eugenia Cavallín, Lautaro Gutiérrez, Aldo Novelli, Fernando Quatrini, Hernán Riveiro, Denise Sánchez Ippi, los artistas plásticos Daniel Schalbetter, Victoria Aragón, Juan Cruz Castro, Romina González Johnny Azaguata, María Luz Hernández, Klaudja Kuhanik, pero vendrán otros.
Acá venimos de otros grupos. Y pienso en los viejos coirones de finales de la dictadura, en Poesía en Trámite, en la Casa de la Poesía. En tantos.

Bueno, esos ejemplos confirman lo que dije hace un rato: un hecho poético es un hecho político. Acá estamos los originarios, los cimarrones, los matreros, en femenino y masculino, y las mujeres. Que vengan, entonces, con su nueva campaña al desierto. Muchas gracias.

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